La formación del pueblo de San Fernando de
En aquel año, el padre San Ginés (un sacerdote destinado al Pago de las Conchas) construyó una pequeña capilla en Punta Gorda, que quedaría bajo la advocación de Nuestra Señora de Aranzazu. (Éste es el más lejano origen de la actual Parroquia Nuestra Señora de Aranzazu, situada en el centro de San Fernando, en el cruce de las calles Constitución y Madero).
Al parecer, el padre San Ginés tenía como objetivo la instalación de un nuevo poblado más alejado del Puerto de las Conchas, que se encontraba expuesto a continuas inundaciones. El sacerdote se preocupó por conocer la situación que vivía el pueblo, recorrió la región, dialogó con los pobladores escuchando sus necesidades y problemas así supo de las frecuentes inundaciones que afectaban la región y fue entonces que afloró en su mente la idea de trasladar a los vecinos del puerto, al cercano y mucho más seguro paraje Punta Gorda. Convencido de aquella necesidad, se trasladó a lo que hoy es San Fernando y en la actual calle Gral. Pinto levantó un simple rancho que le sirvió de vivienda e iglesia provisoria. A partir de entonces, se fueron instalando otros pobladores, que dieron origen a una pequeña aldea. Pero las previsiones del padre San Ginés respecto al Puerto de las Conchas se cumplieron poco tiempo después. En 1805, una gran inundación arrasó prácticamente con aquel poblado. Sus habitantes se trasladaron, entonces, al Alto de
Un censo realizado por esos días en el recién formado caserío da cuenta de sus dimensiones. En todo el asentamiento, había alrededor de 50 casas: 10 estaban construidas con ladrillos y techos de tejas, mientras que las otras 40 eran ranchos de adobe con techos de palmeras. En ese momento, había tres pulperías, un aserradero, una tahona, el cementerio y la capilla, donde vivía y trabajaba el padre San Ginés. En el Alto de Punta Gorda, vivían 238 vecinos más antiguos y otros 60 llegados a raíz de la inundación del Puerto De las Conchas.
La situación estratégica de este poblado fue desencadenante del interés que demostró por Punta Gorda el entonces Virrey del Río de
Fue el propio Virrey Sobremonte quien, después de visitar el lugar, designó al pueblo con el nombre que llegaría hasta nuestros días: San Fernando de
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